jueves, 18 de agosto de 2016

El viento

El viento ha cambiado y ya no sopla hacia ti. La lluvia no cesa, nos sabe tristes. No queda nada por hacer, los intentos se agotaron y la frustración y la desesperanza no nos son ajenas.
Llamo a la abogada y te llamo a ti. Veinticinco años oprimen mi pecho.
Hoy los papeles no son barquitos ni aviones, no muestran alegres pajaritas, no guardan cartas de amor. Hoy los papeles sólo saben decir adiós.
Soy incapaz de poner números al desamor.
Otros números acuden a mi cabeza:
12, cuando te conocí.
17, los años que contábamos en nuestro primer beso.
7, novios.
1, día de la boda.
10, él.
17, ella.
6, se acabó.
Me recuerdo pasando en bicicleta bajo tu balcón. Recuerdo mi empeño en que fueses tú, mi entrega, mi obstinación y sé que quizá la memoria es injusta, pero me recuerdo amando mucho tiempo por los dos.
Así que hoy te digo adiós con el corazón envuelto en papeles que no saben nada de nosotros. Te digo adiós como se dice adiós a las cosas que nunca se van. Te digo adiós como se despide a aquello que nunca te perteneció y que siempre será tuyo. Te digo adiós como a aquello que te da y te quita la vida. Pero te digo adiós.

En la noria de mi cabeza ruedan los quizá.
Quizá debí ser más yo y menos lo que tú esperabas.
Quizá debimos besarnos más.
Quizá debimos dormir siempre juntos.
Quizá no debí mirar para otro lado.
Quizá debí protestar más.
Quizá debí estar más atenta.
Quizá debí soñar menos.
O quizá no debí renunciar a soñar.
Quizá no debí justificarme nunca.
Quizá no debí justificarte jamás.
Quizá las voces debieron ser más suaves.
Quizá los abrazos debieron ser más largos.
Quizá no lo intentamos lo suficiente.
Quizá lo intentamos de más.

Quizá, quizá, quizá.    

Texto: Santi Jiménez
Imagen: Jarek Puczel

No hay comentarios:

Publicar un comentario