domingo, 19 de octubre de 2014

Será por trenes


Mi hijo cuenta ocho años y los ojos verdes, cargados de ilusiones.
Álvaro atesora mil carpetas y cajas para sus cosas importantes: sus guiones, sus dibujos de personajes inventados, sus cartas de amor y sus colecciones de monedas y sellos.
Mi pequeño genio esconde una caja de los secretos y un cajón repleto de materiales.
Como todos los niños, Álvaro tiene muchos planes, grandes proyectos y múltiples ideas, geniales y chispeantes, que casi se pueden ver revoloteando por encima de su cabeza.
El cerebro le va a mil por hora, se le amontona el trabajo y siempre tiene algo que hacer. Quizá sea esta la razón por la que se pega y nos pega esos monumentales madrugones que no distinguen entre diarios ni festivos.
En una de aquellas carpetas arriba mencionadas, mi benjamín tiene una lista de las profesiones que desea desempeñar de mayor, el repertorio ya ocupa las dos caras de un folio. A él no se le escapa lo alarmante de la extensión y, entre pensativo y esperanzado, nos pregunta si creemos que le dará tiempo a realizar todas aquellas ocupaciones. Papá le dice que "el que mucho abarca poco aprieta", pero yo, como firme defensora de los sueños, creo ciegamente en la capacidad para creer y crear.
Claro que sí: SI QUIERES, PUEDES. ¡Será por trenes!
Persigue todos y cada uno de tus sueños. Lo peor que puede pasar es que corra más que tú, pero al menos lo habrás intentado.
El tren
Coge cada tren,

pero si pierdes alguno,

no te dejes vencer por el desaliento.

Estate atento,

siempre pasa otro.

Si no,

hay otros medios para llegar a tu destino.

Lo importante es no dejar de intentarlo.

Mantén tu ilusión intacta,

tu espíritu firme.

Si esto tampoco es siempre así,

debes saber dónde o a quién acudir,

cómo rearmarte.

Recomponte.

Cree en ti.

Porque

TÚ PUEDES.

Te quiero.

 

Dedicada a mi hijo Álvaro,
con el propósito de que le sirva
y la esperanza e ilusión de no olvidarlo yo tampoco. 

                                                                                                   Imagen: Santi Jiménez,
el modelo mi hijo.

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