viernes, 14 de agosto de 2015

El mar siempre espera

Recuerdo que amaba hacer el muerto en el mar. Esa sensación del agua fresca en las raíces del cabello. Ese ahogar los festivos gritos playeros sumergiendo los oídos a placer en aquel líquido generoso y cómplice, hacerlos intermitentes si lo deseaba. Esa paz de saberme sola entre la multitud. Tan distinto a hacer el muerto en mi vida posterior. 

Recuerdo que amaba nadar hasta el fondo, persiguiendo ilusamente el horizonte, hasta que el horizonte fuiste tú, más real, más sólido, más asfixiante. Recuerdo las brazadas solitarias, redentoras, anhelantes.Recuerdo llegar a mi fondo y quitarme el traje de baño. Sentir la caricia marina recorriendo cada milímetro, limpiando cada poro, cada huella, cada mancha, cada herida. 

Recuerdo bañarme durante horas en la playa por la mañana y por la tarde, formar parte del elemento, mis labios salados, la piel tostada, el pelo rociado de pequeñas partículas blanquecinas, el olor a vinagre tras las quemaduras, la crema de coco después del sol. 

Recuerdo las noches en el parque, nuestras risas adolescentes, los primeros besos, las lunas de verano, las jóvenes promesas de eternidad.

Recuerdo que podíamos cambiar en el kiosko nuestros tebeos ya leídos por otros. Ojalá pudiera ahora hacer lo mismo con algunos recuerdos.

Recuerdo la novedad de las camisetas que podías estampar con tu nombre, con su nombre, con la foto de tu perro. 

Recuerdo comprar casetes grabadas de mis grupos preferidos sin remordimientos.

Las salidas, las entradas, las idas y venidas, los reencuentros y las despedidas llorosas de final de verano. 

Y recuerdo también que hace años que no me baño. Años que me enemistaste con aquel cuerpo que sólo te conoció a ti,  minando mi autoestima con esas frases repetidas como una cinta de larga duración, vuelta y vuelta. Prohibidos los helados,  antes compartidos, la comida en los altillos, las chuches contadas, racionadas por el dueño y señor de mi corazón y mis actos. Poco a poco tú fuiste el elemento con el que me fusioné.

Texto: Santi Jiménez
Ilustración; Paula Bonet


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