Hoy os muestro un paisaje acrílico de mis inicios trabajado con espátula sobre un lienzo de pequeño formato, concrétamente 40 x 45 centímetros, en una única sesión rápida sin boceto previo, es decir, alla primma. El uso de la espátula me parecía oportuno para la sensación que quería transmitir y por el motivo: unas rocas y una mansión algo inquietantes que parecen precipitarse sobre un confuso mar.
Como de costumbre aderezo la obra con unas breves palabras:
En aquellos sueños repetidos
sólo quedaba
una huella del castilo
una huella del castilo
que una vez fue.
Su cuerpo
golpeado
por las olas,
golpeado
por las olas,
castigado
por el paso del tiempo,
por el paso del tiempo,
gritaba
de puro dolor
de puro dolor
y desencanto.
Que la vida os trate bonito.
Gracias por acompañarme.
Nos leemos pronto.
Santi Jiménez.
Una perspectiva interesante, me gusta
ResponderEliminarGracias por tu comentario, María, me alegro de que te guste.
Eliminar